Y hola, serán las tres y doce de la mañana cuando escribo esto (probablemente lo postee muuuucho después) y es que no puedo dormir gracias a la empatía de la gente. Larga historia. Y es que mi semana giró en torno a dos palabras: empatía y egoísmo. Y todo gracias a una clase que tuve el día lunes en el cuál descubrí por milésima vez lo egoísta que puede ser la gente.
¿Recuerdas cuando eras un pequeño angelito y alguien venía y te pedía prestado aquel juguete que te encantaba tanto? Pues tu reacción era que ni cagando lo prestabas, porque weona, era TU juguete favorito, de nadie más, solo tuyo, tuyo de ti. Y lo primero que te decían sobre eso era: "ay, no seas egoísta, préstale un rato" y te obligaban a darlo y luego estabas renegando porque alguien más tenía tu objeto favorito en el mundo. Luego suele pasar con otras cosas, la ropa, el maquillaje, los zapatos, tu flaco, todo, ABSOLUTAMENTE TODO.
Y a veces vas tú de inocente y crees que todo el mundo es bueno y confías en todo el mundo y boom, justo en quien decides confiar y a quien decidiste prestarle aquel objeto que tanto amas: lo destruye como si nada. Luego quedas como "la pobre ingenua que siempre confía en todos." Y cuando decides cambiar y mostrarle al mundo que puedes ser más viva de lo que creen salen las palabras de "esta era toda una fiera disfrazada de gatito" y miles de cosas más.
Pues, esta semana me di cuenta que hay personas en quienes puedes confiar plenamente y personas en quienes pensaste que podías confiar. Hace unos posts puse que hay gente que te ayuda a saber cómo quieres ser y cómo no quieres ser y pues, esta semana aprendí también eso. Pero más que nada, aprendí que hay amistades que debes tenerlas siempre junto a ti porque son amistades que siempre estarán contigo, amistades de las más bonitas.
Cuando era muy pequeña, siempre veía que todas tenían a sus mejores amigas; cuando entré a primaria, veía que esas amigas se mantenían e igual fue en secundaria. Pues en mi caso fue un tema un tanto... especial. Siempre creía que la amiga que tenía por más de un año, sería mi mejor amiga POR TOOOOODA LA VIDA. Literalmente TODA LA VIDA, con la que nos haríamos viejitas y seriamos las tías de nuestros hijos, etc etc etc. Pero al final Fulanita terminaba siendo más falsa que propaganda de Pizza Hut mostrándote la real pizza y dándote una medió extraña. Y así pasaba con todas, hasta con la que menos me lo esperaba.
La verdad que los dos últimos años no fueron "los mejores años de mi vida" (pero contar el por qué no viene al caso, hay heridas que ya se deben cerrar y nunca más volver a abrirlas), en los que me di cuenta del verdadero significado de la amistad y de muchas cosas más. Perdí tanta gente que en algún momento me juraron su "amistad eterna e incondicional" y conocí gente que me ayudó en momentos donde creía que estaba completamente sola y no había nadie más conmigo.
He aquí cuando un personaje que mencione hace un tiempo entra en la historia. Mi mejor amiga y yo estuvimos a destinadas a conocernos, o eso creo yo. Estuvimos en los mismos lugares, conocíamos a las mismas personas, pero si no fuera por un campamento, nunca nos habríamos conocido y no seríamos quienes somos ahora y no tendríamos esta amistad que tenemos. Marika (si, nos llamamos Marikas, con "k", larga, en serio LARGA historia, pero muy graciosa) y yo nos conocimos en el 2015, el cuál no fue uno de mis mejores años, y la manera en cómo nos conocimos fue épica. Para esto a ambas nos gustaban dos muchachos y justo habían ocurrido ciertas cosas en el campamento y pues, necesitábamos chismear (cosa que hacemos A LA PERFECCIÓN desde que nos conocimos) y pues así empezó todo, una mañana de marzo en Chosica, sentadas en la piscina porque no queríamos mostrar nuestros rollos. Y así fue como nuestra amistad comenzó a crecer al punto que Marika paraba en mi casa al menos una vez al mes o cada quince días y mi familia ya tenía completo conocimiento que cuando tocaban el timbre un sábado en la tarde, era ella. Y su mamá ya no me llamaba por mi nombre, sino que me llamaba Marika. Fue un año donde se creó una amistad enorme enorme, demasiado fuerte, bella, llena de risas, de apoyo incondicional en muchos casos, secretos, chismes, rajes (PLEASE, LAS MEJORES AMIGAS HACEN ESO A LA PERFECCIÓN) etc etc etc. Lo más gracioso de todo esto, es que Marika y yo no estudiábamos en el mismo colegio y mucho menos vivimos en el mismo distrito, no nos conocíamos hacía siglos atrás, pero pareciera como si en una antigua vida hubiéramos sido hermanas y nos hubiéramos reencontrado en esta, porque en poco tiempo una sabía demasiado de la otra y nos conocíamos tan bien que con solo mirarnos ya sabíamos lo que la otra pensaba. Parecíamos unas brujas... bueno, lo somos alguito.
Pero de ahí vino la prueba de que si nuestra amistad estaba destinada a durar por siempre o sería solo ese tipo de amistades que tenía "pasajeras y que parecía durar mucho pero no". Marika pasó por momentos muy feos al año que siguió, incluyéndome, pero esto va más hacia ella, no hacía mi. Contar qué pasó no viene al caso, porque es un tema muy personal de ella que no tendría que divulgarlo. Pero para resumirles todo: tuve que separarme de una de las mejores (más bien, de la mejor) compañía que tenía. Y fue fácil? Créanme que no. Si una persona cree que no ver a alguien es horrible, es peor no poder saber nada de ella. De un momento a otro no tenía a mi apoyo incondicional, a mi mensaje de "buenos días" (si, parecíamos flacas deseándonos buenos días y buenas noches y enviándonos besitos), ya no tenía a quién acudir para contarle el último chisme que había llegado a mis oídos de hurraca. Pues enfrentar uno de los años más difíciles que nos tocó vivir, solas, fue un temazo. Afortunadamente, ella tenía alguien que siempre estaba (y está y sé que siempre estará porque sino yo me encargo que siempre este) a su lado para poder apoyarse cuando más lo necesitaba (gracias Chemexes). Fue ahí cuando me di cuenta que ella era uno de los otros lados de mi hilo rojo: se enredó, se tensó, pero nunca se pudo romper. Se preguntan cómo era cuando nos veíamos? Épico. Literalmente, épico. Y lo sigue siendo.
Aunque las cosas para ambas mejoraron en muchos aspectos, igual el poder retomar por completo nuestras rutinas de hace dos años es un tanto complicado, pero después de haber pasado una tormenta tan fea me di cuenta de quién realmente estaba a mi lado y para quién yo quería estar siempre. Actualmente Marika y yo estamos más unidas que nunca después de un año de tener que estar separadas, la verdad que siento que esa hermandad se fortaleció gracias a todo. Este post va dedicado a ella: porque aunque sabe que para mí es una de las personas más importantes del mundo, igual quería recordárselo, porque gracias a esa persona descubrí que existe una verdadera amistad y que a tu mejor amiga no necesitas conocerla desde pequeña para saber todo de ella, descubrí que muchas veces la distancia fortalece relaciones, que puedes confiar ciegamente en alguien habiéndola conocido en tan poco tiempo, descubrí que puedes estar riendo de tristeza, luego de risa y luego por nada en menos de diez minutos en una misma conversación. Gracias a esta persona descubrí con quien quiero realmente conjugar todo mi pasado, presente y mi futuro. (Anda cojuda, nunca leíste el libro, pero igual te amo).
Y para finalizar este post, que no tiene casi nada de sentido porque inicio siendo otra cosa. Muchas veces miramos a nuestro alrededor y no nos damos cuenta a quienes tenemos, pensamos que estamos solos en este mundo y que solo nosotros somos el mundo. Pero cuando salimos de nuestra burbuja nos sorprendemos de saber que existen otros seres humanos. Podemos ser tan egoístas que no nos damos cuenta cuando alguien necesita de nosotros y pensamos que solo nosotros necesitamos de alguien. Y sé que si el mundo tuviera un poco más de empatía en él, la cosas serían muy distintas.
Y otra vez el post no tiene sentido, pero gracias por haberlo leído. Ten un bonito sábado, juerguea y ten una buena resaca de domingo.
Diario Andante.
¿Recuerdas cuando eras un pequeño angelito y alguien venía y te pedía prestado aquel juguete que te encantaba tanto? Pues tu reacción era que ni cagando lo prestabas, porque weona, era TU juguete favorito, de nadie más, solo tuyo, tuyo de ti. Y lo primero que te decían sobre eso era: "ay, no seas egoísta, préstale un rato" y te obligaban a darlo y luego estabas renegando porque alguien más tenía tu objeto favorito en el mundo. Luego suele pasar con otras cosas, la ropa, el maquillaje, los zapatos, tu flaco, todo, ABSOLUTAMENTE TODO.
Y a veces vas tú de inocente y crees que todo el mundo es bueno y confías en todo el mundo y boom, justo en quien decides confiar y a quien decidiste prestarle aquel objeto que tanto amas: lo destruye como si nada. Luego quedas como "la pobre ingenua que siempre confía en todos." Y cuando decides cambiar y mostrarle al mundo que puedes ser más viva de lo que creen salen las palabras de "esta era toda una fiera disfrazada de gatito" y miles de cosas más.
Pues, esta semana me di cuenta que hay personas en quienes puedes confiar plenamente y personas en quienes pensaste que podías confiar. Hace unos posts puse que hay gente que te ayuda a saber cómo quieres ser y cómo no quieres ser y pues, esta semana aprendí también eso. Pero más que nada, aprendí que hay amistades que debes tenerlas siempre junto a ti porque son amistades que siempre estarán contigo, amistades de las más bonitas.
Cuando era muy pequeña, siempre veía que todas tenían a sus mejores amigas; cuando entré a primaria, veía que esas amigas se mantenían e igual fue en secundaria. Pues en mi caso fue un tema un tanto... especial. Siempre creía que la amiga que tenía por más de un año, sería mi mejor amiga POR TOOOOODA LA VIDA. Literalmente TODA LA VIDA, con la que nos haríamos viejitas y seriamos las tías de nuestros hijos, etc etc etc. Pero al final Fulanita terminaba siendo más falsa que propaganda de Pizza Hut mostrándote la real pizza y dándote una medió extraña. Y así pasaba con todas, hasta con la que menos me lo esperaba.
La verdad que los dos últimos años no fueron "los mejores años de mi vida" (pero contar el por qué no viene al caso, hay heridas que ya se deben cerrar y nunca más volver a abrirlas), en los que me di cuenta del verdadero significado de la amistad y de muchas cosas más. Perdí tanta gente que en algún momento me juraron su "amistad eterna e incondicional" y conocí gente que me ayudó en momentos donde creía que estaba completamente sola y no había nadie más conmigo.
He aquí cuando un personaje que mencione hace un tiempo entra en la historia. Mi mejor amiga y yo estuvimos a destinadas a conocernos, o eso creo yo. Estuvimos en los mismos lugares, conocíamos a las mismas personas, pero si no fuera por un campamento, nunca nos habríamos conocido y no seríamos quienes somos ahora y no tendríamos esta amistad que tenemos. Marika (si, nos llamamos Marikas, con "k", larga, en serio LARGA historia, pero muy graciosa) y yo nos conocimos en el 2015, el cuál no fue uno de mis mejores años, y la manera en cómo nos conocimos fue épica. Para esto a ambas nos gustaban dos muchachos y justo habían ocurrido ciertas cosas en el campamento y pues, necesitábamos chismear (cosa que hacemos A LA PERFECCIÓN desde que nos conocimos) y pues así empezó todo, una mañana de marzo en Chosica, sentadas en la piscina porque no queríamos mostrar nuestros rollos. Y así fue como nuestra amistad comenzó a crecer al punto que Marika paraba en mi casa al menos una vez al mes o cada quince días y mi familia ya tenía completo conocimiento que cuando tocaban el timbre un sábado en la tarde, era ella. Y su mamá ya no me llamaba por mi nombre, sino que me llamaba Marika. Fue un año donde se creó una amistad enorme enorme, demasiado fuerte, bella, llena de risas, de apoyo incondicional en muchos casos, secretos, chismes, rajes (PLEASE, LAS MEJORES AMIGAS HACEN ESO A LA PERFECCIÓN) etc etc etc. Lo más gracioso de todo esto, es que Marika y yo no estudiábamos en el mismo colegio y mucho menos vivimos en el mismo distrito, no nos conocíamos hacía siglos atrás, pero pareciera como si en una antigua vida hubiéramos sido hermanas y nos hubiéramos reencontrado en esta, porque en poco tiempo una sabía demasiado de la otra y nos conocíamos tan bien que con solo mirarnos ya sabíamos lo que la otra pensaba. Parecíamos unas brujas... bueno, lo somos alguito.
Pero de ahí vino la prueba de que si nuestra amistad estaba destinada a durar por siempre o sería solo ese tipo de amistades que tenía "pasajeras y que parecía durar mucho pero no". Marika pasó por momentos muy feos al año que siguió, incluyéndome, pero esto va más hacia ella, no hacía mi. Contar qué pasó no viene al caso, porque es un tema muy personal de ella que no tendría que divulgarlo. Pero para resumirles todo: tuve que separarme de una de las mejores (más bien, de la mejor) compañía que tenía. Y fue fácil? Créanme que no. Si una persona cree que no ver a alguien es horrible, es peor no poder saber nada de ella. De un momento a otro no tenía a mi apoyo incondicional, a mi mensaje de "buenos días" (si, parecíamos flacas deseándonos buenos días y buenas noches y enviándonos besitos), ya no tenía a quién acudir para contarle el último chisme que había llegado a mis oídos de hurraca. Pues enfrentar uno de los años más difíciles que nos tocó vivir, solas, fue un temazo. Afortunadamente, ella tenía alguien que siempre estaba (y está y sé que siempre estará porque sino yo me encargo que siempre este) a su lado para poder apoyarse cuando más lo necesitaba (gracias Chemexes). Fue ahí cuando me di cuenta que ella era uno de los otros lados de mi hilo rojo: se enredó, se tensó, pero nunca se pudo romper. Se preguntan cómo era cuando nos veíamos? Épico. Literalmente, épico. Y lo sigue siendo.
Aunque las cosas para ambas mejoraron en muchos aspectos, igual el poder retomar por completo nuestras rutinas de hace dos años es un tanto complicado, pero después de haber pasado una tormenta tan fea me di cuenta de quién realmente estaba a mi lado y para quién yo quería estar siempre. Actualmente Marika y yo estamos más unidas que nunca después de un año de tener que estar separadas, la verdad que siento que esa hermandad se fortaleció gracias a todo. Este post va dedicado a ella: porque aunque sabe que para mí es una de las personas más importantes del mundo, igual quería recordárselo, porque gracias a esa persona descubrí que existe una verdadera amistad y que a tu mejor amiga no necesitas conocerla desde pequeña para saber todo de ella, descubrí que muchas veces la distancia fortalece relaciones, que puedes confiar ciegamente en alguien habiéndola conocido en tan poco tiempo, descubrí que puedes estar riendo de tristeza, luego de risa y luego por nada en menos de diez minutos en una misma conversación. Gracias a esta persona descubrí con quien quiero realmente conjugar todo mi pasado, presente y mi futuro. (Anda cojuda, nunca leíste el libro, pero igual te amo).
Y para finalizar este post, que no tiene casi nada de sentido porque inicio siendo otra cosa. Muchas veces miramos a nuestro alrededor y no nos damos cuenta a quienes tenemos, pensamos que estamos solos en este mundo y que solo nosotros somos el mundo. Pero cuando salimos de nuestra burbuja nos sorprendemos de saber que existen otros seres humanos. Podemos ser tan egoístas que no nos damos cuenta cuando alguien necesita de nosotros y pensamos que solo nosotros necesitamos de alguien. Y sé que si el mundo tuviera un poco más de empatía en él, la cosas serían muy distintas.
Y otra vez el post no tiene sentido, pero gracias por haberlo leído. Ten un bonito sábado, juerguea y ten una buena resaca de domingo.
Diario Andante.
Comentarios
Publicar un comentario